La mejor estrategia de posicionamiento para una marca única es definir su personalidad , y cuando está bien definida, esa marca se transforma en un imán:
Que atrae a las personas que están en la misma sintonía.
Que genera empatía y ganas de seguir en nuestro mundo.
Que convierte a clientes en embajadores.
Que enamora, genera lazos y relaciones fuertes con los clientes.
Que genera experiencias inolvidables.