Hoy quiero compartir la importancia de pensar en que será el más fuerte y poderoso cimiento en que se apalanque una marca y aquello que desee proyectar en su público.
Vamos por la vida cruzándonos con marcas, de manera inconsciente muchas veces y otras en plena conciencia de ese encuentro.
Desde que nos despertamos y durante las primeras cuatro horas del día nuestro cerebro recibe el impacto de entre 1000 y 1500 marcas. Y todas quieren hacernos llegar un mensaje.
Tu marca no es la excepción porque necesitás comunicarte con personas a las que deseás ofrecer tus servicios o productos, querés compartirles información y alentarlas a que te contraten para que puedas vivir de tu negocio.
Claro, todas queremos lo mismo.
Y es acá, en donde encaja la propuesta del título de este artículo.
¿Qué zapatos calza tu marca?
Estamos ante una era en la que una pandemia puso de cabeza al mundo entero y abrió la puerta a que cuestionemos mucho hacia adentro y hacia afuera de nuestras casas.
Esta nueva una época convive además con la visibilización de diversas luchas que comenzaron hace tiempo, pero que en el último año tomaron más fuerza (diversidad e inclusión, alimentación, violencia de género, entre otras).
Las personas dimos un giro y empezamos a hacernos oír. Como consumidores también.
Las marcas no pueden ni deben estar ajenas a este contexto en el que las posturas todopoderosas no van más.
Aquellas marcas que se las saben todas, que siempre tienen la razón o una respuesta para todo, perdieron credibilidad. Es momento de activar la escucha.
Si no lo hiciste hasta acá te recomiendo que empieces a observar e indagar entre tus clientes. A prestar atención para detectar qué se espera de tu marca y qué se dice de ella.
Sentirnos escuchados como consumidores resuelve dos cuestiones. Por un lado, nos viene bien que la marca se amolde a nuestras demandas porque nos ofrece algo que se acomoda a nuestras necesidades. Y por otro lado, ese oído atento despierta conexión.
No da lo mismo un negocio que pregunta y escucha que aquél que no lo hace; es una enorme habilidad que marca la diferencia.
De esa manera, se desactiva el piloto automático de tu marca para prestar atención a lo que de verdad se está esperando y podés brindar con tu talento.
El principal problema para generar posicionamiento de marca radica en la carencia de información acerca de las verdaderas necesidades y deseos de las personas.
Por lo tanto, conociendo la percepción de tus clientes es que podrás planificar y avanzar con tu negocio. Calzarte esos zapatos es clave para tu éxito.
En este sentido, hay una definición de branding que es maravillosa y pertenece a mi gran referente y experto en marcas a nivel mundial, Andy Stalman.
“El branding tiene que ver con lo que somos y lo que la gente piensa sobre nosotros; branding es todo”, dice Stalman.
El branding no solamente tiene que ver con cómo hacemos las cosas, con cómo sentimos las cosas, cómo pensamos las cosas, sino también con cómo somos percibidos.
Por lo tanto, pensar en clave de marca que perdura en el tiempo es hacerlo desde la gestión de todos sus activos intangibles (su propósito, sus valores, su voz, su posicionamiento, sus vínculos) hacia sus públicos, reparando en el sentido que ellos le darán a esos aspectos.
Y ¡ojo! que la gestión de la marca no produce resultados inmediatos, pero sí duraderos.
Pensar en el branding como un todo – a decir de Stalman – asegura que la marca crezca de manera inteligente y se mantenga, siempre centrada en cómo quiere ser percibida y planificar en función de ese norte.
Ahora sí, te invito a mirar los zapatos que llevas puestos sin olvidar que la percepción de tu cliente es la realidad de tu marca.
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