Este tema me apasiona y mi experiencia me muestra muy claramente que la mayoría de las marcas personales no dedican el tiempo suficiente para reflexionar sobre la necesidad de trabajar su personalidad.
Por eso hoy quiero compartir la importancia de pensar en éste que será el más fuerte y poderoso cimiento en que se apalanque una marca y aquello que desee proyectar en su público.
Ahora bien, qué es la personalidad de una marca, para qué sirve trabajar en ella y cómo se define; son los tópicos que desarrollaré en este artículo para darle luz al tema.
¿Qué es la personalidad de una marca?
Dicho de manera sencilla, es su forma de ser. Y eso incluye todas las características y atributos que humanizan y le dan vida a una marca.
Son esas cualidades por las que una marca desea ser reconocida y hasta recomendada por sus clientes. Trabajar en ello es crucial.
La personalidad determina también la manera en que la marca se conectará emocionalmente con sus clientes.
Cabe decir que las cualidades y formas que definen a la personalidad de una marca, pueden mostrarse de manera natural o también elegirse estratégicamente según las necesidades de comunicación o el mensaje de la marca.
Lo cierto es que esa personalidad se mostrará al mundo a través de elementos visuales (logo, packaging, fotografías), en cada uno de sus textos y hasta en sus acciones de negocio de una marca.
¿Para qué sirve definirla?
Trabajar a conciencia y de manera reflexionada la personalidad que tendrá una marca permitirá posicionarla de manera auténtica y sin parecerse a ninguna otra.
Su objetivo es conectar con su público y diferenciarse respecto de otras marcas similares.
La personalidad es la base de la identidad visual y verbal de una marca, pero también de cada una de sus decisiones y acciones. Por eso, es muy importante asegurarnos que sea coherente con el rumbo que se quiera para la marca y el negocio.
¿Cómo se define la personalidad de una marca personal?
Dedicarle tiempo a reflexionar sobre los diferentes “condimentos” que conforman la personalidad de una marca, allanan el camino a cualquier estrategia de branding.
Los siguientes cuatro pasos se utilizan para definir la personalidad:
- La marca como una persona.
Este el punto de partida para diseñar la personalidad de tu marca. Buscá las respuestas a las siguientes preguntas guía:
Si tu marca fuera una persona, ¿Sería hombre o mujer?¿Formal o divertida?
¿Cálida o algo seria? ¿Joven o adulta? ¿Cómo hace sentir al cliente cuando entra en contacto? ¿Qué energía desprende?
También te ayudará pensar en 3 adjetivos de tu personalidad que le deseás transferir a tu marca. De esta manera vas a estar humanizándola.
- Guía de estilo.
Haz tu propio moodboard. Consiste en una técnica creativa que sirve para trabajar en el proyecto visual de una marca, y permite reunir diferentes elementos para componer un collage y que ayudan a visualizar tu estilo. Y por lo tanto reflejará rasgos de la personalidad.
Está formado por fotografías, texturas, paletas de colores, e ilustraciones.
Encontrar un estilo visual único y consistente es, quizás, una de las partes más difíciles del branding. Pero también es la diferencia entre una marca profesional y una que no lo es.
- Foco en tu cliente ideal.
Tu estilo, tu lenguaje, tus modismos, las imágenes que utilizas y hasta tu paleta de colores deben estar pensadas haciendo real énfasis en quién es tu público; de lo contrario, no generarás conexión con él. ¿Tu estilo cautiva a tu cliente ideal?
- Una experiencia inolvidable.
Definí la experiencia de compra y cómo querés que los clientes interactúen con tu marca. Cada punto de contacto entre tu marca y tu público son valiosos momentos que pueden convertirlos en verdaderos embajadores de tu marca.
Para no olvidar: las marcas que consiguen mucho más que fidelizar a sus clientes y consumidores, son marcas consistentes en su forma de hacer y de decir.
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